
En tiempos de biopics, Rocketman llega con altas expectativas tras el éxito conseguido por su predecesora Bohemian Rapsody, pero contrario al filme de Freddy Mercury, la de Elton John navega en un musical de 120 minutos.
La historia
Como buena historia, la trama comienza con un sir Elton en busca de ayuda para sus adicciones en una clínica. Ahí en terapia, narra su acercamiento con la música mientras enfrenta el desdén de su padre a través de pasajes históricos de la vida del músico convertido en un rockstar hasta nuestros días.
¿Le sobra o le falta?
El actor británico Taron Egerton, el encargado de dar vida al multimillonario Elton Hércules John (antes Reginald Dwight), logra encarnarlo de forma excepcional. Sin embargo, pese a ser una biopic del músico británico, se desconoce por completo su vida al mostrarse en pantalla solo migajas de su alma.
El sentido emotivo de su relación con su padre y sus vivencias en el amor son el hilo conductor de la historia, la cual es complementada por unos efectos especiales que exageran la fantasía.
La selección de tracks
Punto y aparte tiene la selección de las piezas seleccionadas. Desde Saturday Night’s Alright, el hit Crocodile Rock, las clásicas Tiny Dancer, Don’t Go Breaking My Hearth, Goodbay Yellow Brick Road y Bennie and The Jets, y las estelares Rocketman y I’m Still Standing, todas interpretadas por Taron Egerton, justifican el objetivo de la cinta que, como valor agregado, también integra a Pinball Wizard de The Who.
¿Manita arriba o abajo?
Por supuesto que la cinta logra su objetivo de entretener e informar aunque de forma austera, además apela al sentimentalismo si es una persona sensible y allegada a dramas. Pero, si no se es tan fan de los musicales y del pop del británico, se corre el riesgo de ver un maratón de consecuencias catastróficas (hiperbolizando nada más).
Rocketman es dirigida por Dexter Fletcher y cuenta con las actuaciones de Taron Egerton, Jamie Bell, Richard Madden y Bryce Dallas.