
Jeffrey Ross Hyman reconocido como Joey Ramone fue uno de los mejores ejemplos del significado del rockstar, ya que el larguirucho neoyorkino que ahora cumpliría 68 años fue un ícono del punk rock, pero detrás de su presencia y energía sobre el escenario como frontman, se escondía un tipo tímido y despistado.
Sin ser del clásico estilo de los vocalistas
Cuando Joey llegó a The Ramones, lo que importaba era la actitud más que el talento musical. Por ello, nada importaba su aspecto físico: un hombre alto de casi dos metros, delgado, con miopía que le hacía necesitar lentes con alta graduación y una larga cabellera que usaba para esconder su rostro.

Obsesiones
Sufría un trastorno obsesivo compulsivo, este mal le hacía repetir cosas como prender y apagar el interruptor de la luz una y otra vez, o abrir y cerrar la puerta en repetidas ocasiones.
Sus figuras más importantes
Su madre, Charlotte Lesher fue su figura más importante a seguir. En ella encontró su gusto por las artes pues tenía una galería de arte, y la música ya que le compartió las ganas de escuchar varias bandas entre ellas The Stooges, agrupación top en el gusto de Johnny, Dee Dee y Tommy Ramone, que, gracias a ello y a su gusto por inhalar pegamento, fue que decidieron formar a The Ramones.

Su rivalidad dentro de la banda
Con Johnny, Joey vivió un calvario. Su relación los llevó a dejarse de hablar por 20 años. Los motivos: Johnny le robó a su novia Linda, y Joey siempre tuvo que limitarse a ser la voz de la banda sin dar su opinión en las entrevistas, además de tener que soportar llevar el mismo corte de cabello que todos los integrantes.
Su legado
Sin su existencia, bandas como Sex Pistols, Black Flag, Dead Kennedys, Bad Religion, Social Distortion o Green Day nunca hubieran aparecido. Joey además creó grandes historias como The KKK Took My Baby Away, Sheena Is a Punk Rocker, I Just Want to Have Something to Do, y Judy is a Punk (Canción con la que usualmente Morrissey termina sus conciertos).
Por desgracia para Joey, tras su muerte en 2001 a causa del cáncer, fue privado de ver uno de sus sueños realidad: ser parte del Hall of Fame, hecho que ocurrió un año después en 2002.